viernes, 12 de febrero de 2010

Nacimiento del karate moderno: Okinawa, Japón y Corea


La transformación del kempo chino en karate moderno tuvo lugar en este siglo, después de una importante etapa intermedia en la isla de Okinawa. Por allá por el año 1100 de la era cristiana, el kempo chino fue modificado en te al estilo de Okinawa ("te", significa "mano") y se hizo especial hincapié en las técnicas de karate con la mano abierta. Cuando los señores feudales japoneses conquistaron Okinawa en el siglo diecisiete y confiscaron todas las armas, los naturales de la isla siguieron enseñando y utilizando su "te" en secreto. Una vez más, al igual que en el monasterio de Shaolin-ssu en el año 600, se enseñaron las técnicas, en secreto.


En 1922, Ginochin Funakoshi demostró el te al estilo de Okinawa a los japoneses. En ese entonces, las artes marciales del jiu-jitsu, judo, kendo y aikido ya eran muy populares en el Japón, y Funakoshi fue bien recibido. Poco después llegaron al Japón otros maestros de Okinawa para enseñar karate, y sus técnicas fueron modificadas por los estudiantes japoneses de jiu-jitsu y los coreanos que estudiaban Tae Kwon El antiguo arte adoptó en el Japón el nuevo nombre de karate, que, desglosado, se compone de: Kara = vacío y te = mano. Lo que hoy en día llamamos karate, por lo tanto, es una fusión de las técnicas del te de Okinawa modificadas por el jiu-jitsu japonés.

Un poco antes de la segunda guerra mundial, el karate se difundió en Japón y Corea, y, por supuesto, el te se enseñaba y se sigue enseñando en Okinawa. En China se había ido formando el Kung Fu y el Tai Chi Chuan además del Kempo, y tanto en Japón como en Corea surgieron inumerables escuelas o estilos de karate. A partir de la segunda guerra mundial han surgido muchas otras escuelas diferentes. Actualmente, en Japón hay alrededor de setenta y cinco estilos diferentes. Es de hace poco que el sparring libre (Ku-mite o Dae Ryon) adquirió seguridad al practicarlo. Durante siglos, las técnicas del karate se practicaron solas, en katas, contra enemigos imaginarios: ya que cada golpe se quería que fuese mortal, no había manera de poner a prueba las habilidades o de practicar con un compañero, y la única prueba al alcance de la mano era el verdadero combate. Recientemente, el entrenamiento ha puesto de hincapié el movimiento hacia atrás y el con rol de las patadas y golpes, de tal manera que es completamente inofensivo practicarlo incluso sin equipo protector. Sin embargo, dicho equipo se usa todavía en ciertos concursos.

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